Se desarrolló una ceremonia en la sede del astillero que marcó el inicio del armado de dos nuevas embarcaciones encargadas por la empresa Conarpesa. La firma, que para esta iniciativa invertirá unos 7 mil millones de pesos, proyecta encargar otros seis barcos más, adelantaron.
Con la tradicional ceremonia de la “puesta de quilla”, SPI Astilleros comenzó oficialmente este martes en su sede, ubicada en la avenida Prefectura Naval Argentina 772, la construcción de dos nuevos buques encargados por el Grupo Conarpesa.
Conarpesa es una empresa cuya principal actividad captura y procesamiento de langostino, la cual se constituyó en Argentina en 1977, siendo pionera en la Patagonia con cuatro plantas procesadoras, empleando a casi mil personas de manera directa.
En esta oportunidad la firma le encargó a SPI, astillero con más de 40 años en la industria naval argentina, y que tiene su sede central en el puerto de Mar del Plata, la construcción de los buques “José Barreiro” y “Silvino Tenorio”, los cuales podrían ser las primeras dos embarcaciones construidas de una serie de ocho.
El presidente de Conarpesa, Fernando Álvarez Castellano, le indicó a LA CAPITAL que para la construcción de estos dos buques se invertirán unos 7 mil millones de pesos y que “la idea es que a un año estén listos”. “De acuerdo a la rapidez con la que los irán haciendo, ahí vamos a incorporar el pedido de los nuevos”, adelantó el titular de la empresa de capitales españoles.
En el marco de la ceremonia, a la que asistieron autoridades y representantes del Consorcio Portuario, Prefectura, la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y sindicalistas y empresarios del sector, la presidenta SPI Astilleros, Sandra Cipolla, destacó que “la puesta de quilla significa el comienzo de una construcción, que es un círculo virtuoso apasionante que empieza con un bosquejo, con una idea de un armador que nos convoca y eso empieza a tomar forma a través de los ingenieros para que las inversiones se pongan en valor”.
“Nosotros no construimos nunca buques usados”, remarcó Cipolla y convocó a los jóvenes “con el sustento de empresarios, a seguir velando por los barcos argentinos construidos por argentinos”.
“Hace muchos años decimos que nuestra materia gris se va, pero hoy Conarpesa nos da la oportunidad de que esa materia gris se quede acá”, resaltó la titular de SPI.
Sandra Cipolla junto a Fernando Álvarez Castellano.
Previo a la alocución de Cipolla, hizo uso de su palabra Álvarez Castellano, quien realizó fuertes declaraciones. “Para mí sigue siendo un orgullo seguir reinvirtiendo en Argentina, llevo 30 años y creo que lo he demostrado desde que llegué”, comenzó manifestando en su discurso el presidente de Conarpesa y agregó: “En estos últimos cuatro años, en la anterior gestión encabeza por (Carlos) Liberman y (Julián) Suárez todo fue trabas”.
“No nos dejaron crecer nada, todos los proyectos los aparcaron. Si queríamos algo, teníamos que pagar una coima. No me duele decirlo. Este es un momento que tendría que ser de satisfacción, pero para mí personal sí lo es, porque estar cuatro años callado sin decir nada, sin poder crecer, viendo entrar barcos de todos los colores con permisos legales e ilegales, y diciéndole a mi gente ‘ya llegará nuestro momento’ y ahora parece que llegó nuestro momento”, añadió.
En este sentido, deseó: “Ojalá que con la nueva administración volvamos a la normalidad, volvamos a que la gente quiera invertir se la ayude, se la apoye y se anime a hacerlo”.
“Esperemos que estos dos barcos sean el inicio de muchos más. Tenemos muchos más anuncios para este año. Se van a sorprender. No van a saber ni de donde viene tanto dinero para invertir, pero cuando la gente quiere y apuesta el dinero aparece. Este país se merece que todos empujemos para adelante”, concluyó.
La puesta de quilla o colocación de la quilla es el acto formal que da inicio a la construcción de un buque. Usualmente ocurre en el marco de una ceremonia que cuenta con representantes del astillero naval y los propietarios del buque.
La puesta de quilla es uno de los momentos más especiales en la vida de una embarcación. Las tradiciones navales relacionadas con la colocación de la quilla, que se remontan a la época de los navíos de madera, suponen la idea de traer suerte a la nave en construcción, así como a sus futuros capitanes y tripulación.
Una de estas tradiciones es la llamada “ceremonia de la moneda”, que consiste en la colocación de una moneda en la quilla a efectos de construir la nave sobre esta, escogiéndose al más joven aprendiz del astillero para colocarla.
En este ocasión fueron los trabajadores de SPI David Silva y Damián del Castillo los encargados de fundir y soldar una moneda de 50 pesetas a la embarcación quilla, la cual es considerada la “columna vertebral” del barco.